Mapa mostrando la distribución actual de los manatíes americanos y la posible distribución de la "vaca marina patagónica". Copyright © 2010 by Austin Whittall
En entradas anteriores [en idioma inglés] he escrito acerca de los diferentes animales acuáticos semejantes a bovinos que se encuentran en varios lagos de la Patagonia (
Toros Lacustres). Estos son definitivamente bovinos porque, se asemejan físicamente a las vacas y toros, y también porque están dotados de cuernos. También he presentado evidencia (muy endeble por cierto) sobre la posibilidad de que que fuesen en realidad una
especie nativa de bovino de la Patagonia [en inglés].
Hoy agregaré información acerca de las "vacas marinas" o manatíes, que creo es bastante interesante.
Vacas marinas chilenas
Mientras leía nuevas fuentes sobre los toros y vacas lacustres de la Patagonia, encontré el siguiente texto:
Algunas veces se presentan en los mares de Arauco [sur de Chile] ciertos animales que aquellas gentes llaman ya toros, y ya vacas marinas, pero que no he podido apurar si son Lamentines o Manaties, o si pertenecen a algun otro genero; no obstante, mas bien me inclino a creer, ateniéndome a las descripciones confusas que he adquirido, que son Manaties o Lamentines,. Los primeros Españoles que se establecieron en la isla grande de Juan Fernandez cogian gran cantidad de estos animales, de cuya carne se alimentaban con gusto: pero el continuo estrago que hacian de ellos los obligó a abandonar las inmediaciones de aquella isla. [1]
Al principio creí que eran alguna variedad de foca ya que no se conoce ninguna especie de manatí viviendo en las costas orientales del océano Pacífico o, en aguas tan frias como las del sur chileno. Pero los manatíes son vegetarianos y hay abundantes algas en el litoral pacífico de la Patagonia y, hay evidencia de que en una época vivieron manatíes en esta zona (ver mapa arriba).
Manatíes fósiles chilenos
Actualmente solo hay cuatro especies de mamíferos marinos de la orden Sirenidae. Existía otra, la vaca marina de Steller (
Hydrodamalis gigas) que lamentablemente se extinguió en el siglo dieciocho.
Todos estos sirénidos se originaron en el océano Atlántico durante el Eoceno (55.8-33.9 milliones de años atrás). Algunos de ellos se dispersaron hacia el océano Pacífico a través del canal que unía ambos océanos antes de que América del Sur y América del Norte se unieran en el istmo de Panamá (ver flecha roja en el mapa arriba). Desde allí se diseminaron hacia el norte, hacia California, Alaska y el noreste asiático; y hacia el sur, en dirección a Chile y Perú.
A diferencia de todos los demás mamíferos marinos (morsas, delfines, focas, etc.), los sirénidos son los únicos mamíferos herbívoros de los mares: comen algas y pastos marinos (de allí su nombre de "vacas")
Los sirénidos actuales se encuentran restringidos a las tibias aguas tropicales y subtropicales debido a su muy bajo metabolismo ya que no pueden vivir en aguas frías. Adicionalmente las templadas aguas costeras poco profundas favorecen el crecimiento de la vegetación acuática de la que se alimentan. [2] Por este motivo no habitan las costas del oeste sudamericano bañadas por las frías aguas de la corriente marina de Humboldt.
Pero, había una excepción, una especie de vaca marina que vivía en las gélidas aguas del Pacífico norte, la hoy extinta vaca marina de Steller.
Volviendo al sur, se han hallado restos fósiles de sirénidos del Mioceno Tardío en sedimentos de la Bahia Inglesa en Chile a los 27° S.
Este hallazgo es el más austral del litoral del Pacífico oriental (se han hallado otros restos en California y Perú) y extienden el rango de distribución de estas criaturas marinas hacia el hemisferio sur en América. Estos animales vivieron durante el Mioceno cuando el clima global era más cálido y las aguas no eran tan frías como lo son ahora.[3]
Cerca de allí, en el Perú, vivieron al menos otras dos especies de vacas marinas que no estaban relacionadas con los actuales grupos de manatíes sudamericanos. No nos debe sorprender que estén vinculados con las hoy extintas vacas marinas de Steller del noroeste norteamericano y con los dugongs de la costa oeste del Pacífico. Estos sirénidos compartieron su ecosistema con la "
morsa" [post en inglés],
Odobenocetops y el
perezoso marino gigante,
Thalassocnus [post en inglés].
Ambos sitios, chileno y peruano, están marcados en el mapa arriba, con un punto rojo.
Vaca marina de Steller ( Hydrodamalis gigas )
Esta criatura fue descubierta recién en 1741 por el capitán Bering, quien los vio comiendo algas en las frías y poco profundas aguas de una isla (que hoy lleva su nombre) cerca de la península rusa de Kamchatka. Su tripulación naufragada allí sobrevivió el invierno alimentándose de ellas (Bering en cambio murió). Las novedad se difundió y todos los buques que pasaban por la zona los cazaron hasta que provocaron su desaparición.
vaca marina de Steller. Adaptado por Austin Whittall de [4]
Estas vacas marinas parecen haber sido las últimas sobrevivientes de una població declinante (unos 1.500 individuos) de lo que en una época fue una especie ampliamente distribuida. Ellos y sus ancestros
H. cuestae,
Dusisiren dewana, y
D. jordani otrora abarcaron el Pacífico desde Japón hasta California.[2]
La llegada de los humanos a las Américas y las Aleutiansas y la caza de estos, redujo su hábitat a la o isla Bering donde luego de la expedición que los descubrió fueron cazados hasta su extinción.
A diferencia de los sirénidos de aguas templadas, la vaca marina de Steller comía algas en las heladas aguas alrededor de las islas donde vivía. Estaba bien adaptada al frío del Artico pues tenía una gruesa piel (2.5 cm) y una amplia capa de grasa aislante de entre 10 y 23 cm de espesor. Eran enormes y podían medir hasta 9 m de largo y pesar 10.000 kg.
Carecían de dientes pero masticaban las algas con dos placas oseas mientras boyaban en las frías aguas. Steller, quien las describió durante el viaje de Bering, dijo que no podían sumergirse dado que su grasa se los impedía. Eran dóciles y aparentemente no tenían depredadores por lo que era fácil cazarlos y matarlos.
Pese a que la última vaca marina fue muerta en 1768 (apenas 27 años después de su descubrimiento por parte de la ciencia), se han mencionado supuestos avistajes de estas criaturas desde entonces. Las más recientes son las de un buque ballenero en 1962, que vió un rebaño de ellas [4] y un avistaje en 2006 en las costas del estado de Washington en EE.UU. [5]
¿Manatíes patagónicos?
El litoral del sur de Chile, desde Chiloé hasta el cabo de Hornos tiene abundantes algas. Una variedad conocida como cochayuyo o cachiyuyo (
Durvillaea antarctica), es un alga comestible que también se halla en Nueva Zelandia y el Atlántico Sur. Puede medir hasta 15 m de largo. Hay además bosques submarinos formados por densos grupos de un alga gigantesca,
Macrocystis. pyrifera, que puede encontrarse hasta profundidades de 20 m y excepcionalmente, de 80 m.
Estos podrían proveer alimentos a las "vacas marinas" del "mar de Arauco". Quizás estas vacas no se extinguieron en el período que siguió al Mioceno y, al igual que las vacas de Steller, se adaptaron a un ambiente marino frío y libre de depredadores.
La llegada del hombre moderno a fines de la última Edad de Hielo los hubiera puesto en una situación similar a la de sus parientes del Pacífico norte. Quizás buscaron la seguridad de las aguas de las Islas de Juan Fernández que se encuentran a unos 600 km de Chile (aprox. 33ºS; 79ºW) desde donde fueron luego desplazadas por la casceía sin tregua que sufrieron luego del descubrimiento de las islas en el siglo XVI
th century.
No he podido hallar información sobre los recursos marinos (es decir algas) de este archipiélago, porque si las vacas marinas hubiesen vivido allí tenían que contar con algas para alimentarse.
Si de alguna manera hubiesen logrado sobrevivir en los senos y canales del litoral chileno de la Patagonia, pudieron haber originado el mito de las "vacas marinas", tal como el que transcribo a continuación:[7]
VACA MARINA:fr.f. Animal de belleza fabulosa que recorre los canales buscando toros para enamorar. Es considerada la versión acuática de un bovino, con patas que son aletas nata¬torias, obesa, de cuernos retorcidos y de ojos fulgurantes. Embruja a los toros y los posee con tal pasión que el animal queda nostálgico e impotente[7].
Las vacas marinas de Steller eran sin duda gordas y grandes pero, carecían de cuernos. Así que cabe preguntarnos si eran estos un agregado de los lugareños o bien era simplemente otra criatura y no una genuina vaca marina. La pregunta permanecerá sin respuesta.
Sin embargo, es interesante señalar que, de acuerdo al célebre naturalista francés Cuvier [8]:
Cetáceos Herbívoros […] Tienen dos mamas en el pecho […] circunstancias que, cuando se los observa desde la disstancia mientras elevan la parte anterior de su cuerpo verticalmente fuera del agua, puede darles alguna semejanza con los seres humanos, y haya probablemente ocasionado los fabulosos relatos de Tritones y Sirenas que algunos viajeros pretenden haber visto [8]
Esto es muy semejante a lo que el padre Diego de Rosales escribió acerca de un ser acuático, una verdadera sirena,
Pincoya, que fue vista varias veces en el mar cerca de Chiloé en 1632:
se acercó a la playa una bestia que descollándose sobre el agua, mostraba por la parte anterior cabeza, rostro y pechos de muger, bien agetada, con cabellos o clines largas, rubias y sueltas; traía en los brazos un niño. Y al tiempo de zambullir notaron que tenía cola y espaldas de pescado, sobrepuesta de gruessas escamas, como pequeñas conchas. [sic][9]
Ver tambié en el mismo post, la descripción de Byron sobre un
hombre sirena en las islas Chonos islands en 1741 que tení "
la apariencia de un hombre nadando, con la mitad del cuerpo fuera del agua" [10].
Ambos son muy similares a la descripción de Cuvier.
¿Podrían ser avistajes de vacas marinas?
Bibliografía.
[1] Estala, Pedro, (1798).
El viagero universal o Noticia del mundo antiguo y nuevo. Imprenta de Villalpando. pp. 179
[2]
Sirenian International
[3] Giovanni Bianuccia, Silvia Sorbia, Mario E. Suárez and Walter Landinia.
The southernmost sirenian record in the eastern Pacific Ocean, from the Late Miocene of Chile. C. R. Palevol 5 (2006) 945–952. doi:10.1016/j.crpv.2006.06.001.
[4] Dietz, Tim, (1992).
The call of the siren: manatees and dugongs.Fulcrum Publishing. pp.102.
[5] Colman, Loren, (2006).
Steller’s sea cow sighting? Cryptomundo. 16.09.2006.
[6] La imagen original proviene de : Mooney, Sharon, (2002).
Sirenian Evolution. Howard University. Academic Press, 20002.
[7] Renato Cárdenas Alvarez. (1997)
El Libro de la Mitología de Chiloé. Anaquel Austral. Ed. Virginia Vidal. Santiago : Editorial Poetas Antiimperialistas de América. 15.09.2005.
[8] Cuvier, Georges, (1832).
The animal kingdom: arranged in conformity with its organization. G. & C. & H. Carvill, pp 116.
[9] De Rosales, D., (1877).
Historia general de el Reyno de Chile. Valparaiso: El Mercurio. v. i, ii. v. 1. pp. 308- 309.
[10] Byron J., (1996).
Naufragio en las costas patagónicas. Buenos Aires: Ediciones del Sol. pp. 63.
Lecturas sugeridas.
Steller's Sea Cow Hydrodamalis gigas.
Monstruos de la Patagonia -
Criptozoologia, Mitos & leyendas de la Patagonia 2010 Año Internacional de la Diversidad Biológica Copyright 2009-2010 by Austin Whittall ©