Publicado originalmente en ingés el 08.10.09
En mi post previo me referí a unos nativos misteriososos, los Tatchwell y mencioné a unos enigmáticos duendes de la Patagonia, los Tachwüll. Hoy me explayaré sobre estos interesantes enanos:
Los antepasados paleoindios del grupo Tehuelche aonikenk cazaron guanacos de a pie durante milenios utilizando boleadoras y también el arco y la flecha.
Sin embargo, cuando adoptaron el uso del caballo introducido por los españoles, cazaron utilizando exclusivamente boleadoras. La razón es sencilla: tomar puntería y lanzar una flecha a un guanaco en movimiento montado a caballo es más difícil y menos efectivo que girar y lanzar unas boleadoras para enredarle las patas del animal.
Su mayor demanda para las sólidas esferas de piedra los llevó a reciclar las que encontraban diseminados en los antiguos campos de caza de los paleoindios o bien a moldear bolas nuevas en piedra más blanda y menos duradera.
Habiéndose olvidado de sus ancestros paleoindios, los aonikenk creyeron que las bolas que encontraban en los campos habían sido talladas por el misterioso Tachwüll, a quien imaginaban como un pequeño duende con aspecto animal que vivía en los valles cordilleranos.
Creían que se lo podía oir picando piedras entre los cañadones de los cerros, moldeando boleadoras.
Estos Tachwüll eran primitivos (en cierta forma, prehumanos), y eran considerados por los nativos como los primeros hombres en habitar la Tierra, hace eones, antes de que apareciesen los ‘verdaderos’ humanos.
El historiador Federico Escalada, quien los denominó Táchul dijo que estos habitantes originales eran gente pequeña, similares a los gnomos o duendes de los cuentos de hadas de los europeos,
De acuerdo a los nativos, casi todos ellos murieron durante un terrible cataclismo geológico que formó la cordillera andina; pero algunos lograron sobrevivir y continuaron viviendo en las montañas (un entorno tenebroso para los indios), donde según el historiador Rodolfo Casamiquela (quien los llamaba Talwulli) vivían con sus mujeres, las monstruosas Ellëngassën, sobre las que postearé más adelante.
Es interesante que un grupo nativo que vivía en el flanco occidental de los Andes tuviese el mismo nombre que los duendes. ¿Por qué?. ¿Lo recibieron por vivir en el territorio que otrora fue de los enanos? o ¿eran realmente humanos y no enanos los Tachwüll?
Fuentes.
Escalada, F., (1949). El Complejo Tehuelche. B. Aires: Coni. pp. 327.
Casamiquela R., (1988). En pos del gualicho. B. Aires: Fondo Edit. Rionegrino-EUDEBA. pp. 120. Citing: Bormida, M. and Siffredi, A., (1969). Mitología de los Tehuelche Meridionales. B. Aires: Runa. v.xii.
Monstruos de la Patagonia - Criptozoologia, Mitos & leyendas de la Patagonia 2010 Año Internacional de la Diversidad Biológica Copyright 2009-2010 by Austin Whittall ©
En mi post previo me referí a unos nativos misteriososos, los Tatchwell y mencioné a unos enigmáticos duendes de la Patagonia, los Tachwüll. Hoy me explayaré sobre estos interesantes enanos:
Los antepasados paleoindios del grupo Tehuelche aonikenk cazaron guanacos de a pie durante milenios utilizando boleadoras y también el arco y la flecha.
Sin embargo, cuando adoptaron el uso del caballo introducido por los españoles, cazaron utilizando exclusivamente boleadoras. La razón es sencilla: tomar puntería y lanzar una flecha a un guanaco en movimiento montado a caballo es más difícil y menos efectivo que girar y lanzar unas boleadoras para enredarle las patas del animal.
Su mayor demanda para las sólidas esferas de piedra los llevó a reciclar las que encontraban diseminados en los antiguos campos de caza de los paleoindios o bien a moldear bolas nuevas en piedra más blanda y menos duradera.
Habiéndose olvidado de sus ancestros paleoindios, los aonikenk creyeron que las bolas que encontraban en los campos habían sido talladas por el misterioso Tachwüll, a quien imaginaban como un pequeño duende con aspecto animal que vivía en los valles cordilleranos.
Creían que se lo podía oir picando piedras entre los cañadones de los cerros, moldeando boleadoras.
Estos Tachwüll eran primitivos (en cierta forma, prehumanos), y eran considerados por los nativos como los primeros hombres en habitar la Tierra, hace eones, antes de que apareciesen los ‘verdaderos’ humanos.
El historiador Federico Escalada, quien los denominó Táchul dijo que estos habitantes originales eran gente pequeña, similares a los gnomos o duendes de los cuentos de hadas de los europeos,
De acuerdo a los nativos, casi todos ellos murieron durante un terrible cataclismo geológico que formó la cordillera andina; pero algunos lograron sobrevivir y continuaron viviendo en las montañas (un entorno tenebroso para los indios), donde según el historiador Rodolfo Casamiquela (quien los llamaba Talwulli) vivían con sus mujeres, las monstruosas Ellëngassën, sobre las que postearé más adelante.
Es interesante que un grupo nativo que vivía en el flanco occidental de los Andes tuviese el mismo nombre que los duendes. ¿Por qué?. ¿Lo recibieron por vivir en el territorio que otrora fue de los enanos? o ¿eran realmente humanos y no enanos los Tachwüll?
Fuentes.
Escalada, F., (1949). El Complejo Tehuelche. B. Aires: Coni. pp. 327.
Casamiquela R., (1988). En pos del gualicho. B. Aires: Fondo Edit. Rionegrino-EUDEBA. pp. 120. Citing: Bormida, M. and Siffredi, A., (1969). Mitología de los Tehuelche Meridionales. B. Aires: Runa. v.xii.
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